Cuidar tu piel en verano, imprescindible

Nuestros hábitos veraniegos, hacen de esta época del año, una de las más delicadas para la piel. Las horas de exposición solar son muchas más y la potencia de sus rayos, alcanza el pico más alto. No sólo es necesario cuidar y proteger la piel por estética, sino también por salud y para prevenir enfermedades como un melanoma o un cáncer, el número de los cuales no para de crecer entre la población.

Por lo tanto, como cuidados imprescindibles para tu piel durante la época estival, podemos resumir los siguientes:

  1. Fotoprotector solar. 

¿Aún es necesario recordarlo? Parece ser que sí. Sobre todo coger el buen hábito de aplicárnoslo antes de salir de casa, no cuando ya notamos que “nos estamos quemando” o que el sol “pica”. Para entonces ya habremos expuesto nuestra piel a los rayos solares más nocivos del año. Utiliza un factor alto y acorde con tu tipo de piel y su exposición previa al sol, pero recomendamos que nunca sea inferior del 50 para el rostro y del 30 para el cuerpo. También así, podrás prevenir antiestéticas arrugas y manchas y retrasar el envejecimiento cutáneo.

2. Vitamina C por la mañana.

Al despertarte por la mañana, tu piel está descansada y perfectamente preparada para la vitamina C, un activo que regula la pigmentación. Además, mejora la acción de cualquier fotoprotector que apliques a continuación, puesto que es un poderoso antioxidante. Son recomendables los cosméticos en concentración del 8% o superior. Si los aplicas por la mañana, podrás sentir sus efectos en una piel más luminosa y rejuvenecida.

3. Ponte mascarillas faciales.

¿Qué mejor que utilizar una después de un largo día de playa y de sol? Reparadoras, antirojeces, hidratantes, antimanchas… Las mascarillas ofrecen a tu piel resultados espectaculares en muy poco tiempo. Las encontrarás en distintas versiones. Elige la que más te convenga, con asesoramiento profesional. En JOYMA puedes consultarnos y te orientaremos sobre cuál es la que será más beneficiosa para tu tipo de piel.

4. Hidrátate.

Tanto por dentro, bebiendo mucha agua; como por fuera, con cremas específicas y ultrahidratantes para aplicar tras la exposición solar.